Por Juan Tomás Valenzuela
La famosa mochilera,
hermana del presidente,
se calentó bien caliente
con Merán, hecho una fiera.
La insolvente sanjuanera,
que tanto gusta hacer truño,
por poco se va a los puños
con este legislador,
en el campo del honor,
por un banal refunfuño.
Supe por voces voladas
que la hermana de Danilo,
con el peculiar estilo
que tanto gusta a Cavada,
le voceó, que fue arrastrada
la manera en que Merán,
llegó a ser parte del clan
del partido de gobierno,
y ahora ese paquidermo
la trata con ademán.
Abiertamente enojado,
dijo en forma de querella,
que si a él la arrastró ella,
a ella la arrastró el Estado.
Claramente enculillado
por la actitud de Lucía,
Meran voceó a esa ruyía,
palabras tan descompuestas,
que si ella fuera algo honesta,
le llama a la policia.
Merán se fue despacito
a la curúl de Yomaira,
se le enfrentó como El Taira
y ella solo lanzó un grito:
¡Cuidado conmigo maldito!
mencionándole su madre,
y antes de que éste se cuadre,
le dijo firme a Camacho,
que agarre a este mamarracho
para no armar un desmadre.
Como ya advirtió Peralta,
la zanja está tan profunda,
que ya se ve moribunda
la unión con toda estas faltas.
La población está jarta
de ver cómo estos dos grupos,
se viven echando el cuco
en torno a la reelección,
y en el medio la nación,
sufriendo de truco en truco.
Juan de los Palotes
5 junio 2019